25 de abril de 2008

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EL DÍA QUE ESTE SATISFECHO,
ME DARÉ POR MUERTO.




22 de abril de 2008

100% EVO

Evo Morales, presidente electo de Bolivia,
dijo un par de cosas bastante interesantes nada más y nada menos que en la ONU:

“Si queremos salvar de verdad el planeta hay que exterminar el sistema capitalista”

“Los cambios climáticos no son producto de los seres humanos sino del sistema capitalista vigente, inhumano, con su desarrollo industrial ilimitado”

Es un error promover los biocombustibles, sólo sirven para automóviles de lujo y no para la vida humana al encarecer el precio de los alimentos.

Estas palabras me llenan de esperanzas. Sé que no tiene el poder suficiente para alcanzar la concreción de sus ideas en este tiempo, pero las pronunció en voz bien alta enfrente a varios líderes mundiales, en la mismísima tierra del norte.

Por algo se empieza.


Nota completa aquí.

10 de abril de 2008

Magia Negra




Como un hechizo
te lo digo
¿cómo te lo digo?
tres veces
tres
y te hechizo
para ver
si después de coger
seguís sintiendo algo:

¿Por qué tus ojos no se apoyan en los míos?
¿Por qué tus ojos no se apoyan en los míos?
¿Por qué tus ojos no se apoyan en los míos?

no hay respuestas
/verbales
sólo ojos evasivos
que me rodean como a la tapa de un inodoro
que no encestan
mean afuera
y salpican los azulejos de un "no sé"
que se hace poema.



8 de abril de 2008

De la Paciencia


paciencia (del lat. «patientía»)
1 f. *Tranquilidad para *esperar: Aguante, calma, espera, *tranquilidad. Ó A su tiempo maduran las uvas. Ó *Aguantar. *Conformarse. *Flema. *Perseverar. *Serenidad. Ó *Impaciente.
2 Capacidad para padecer sin rebelarse o sin desesperarse. Ô *Conformidad, resignación. ¤ Capacidad para *aguantar cosas pesadas o molestas.
3 Capacidad para hacer cosas *minuciosas o *pesadas: ‘Tiene mucha paciencia para deshacer nudos’.
Diccionario del Uso del español de María Moliner




Estaba esperando en la cola de la caja rápida de COTO –para aquellos que no saben que es COTO les comento que es una cadena de hipermercados medio explotadores en el cual no me gusta comprar pero tiene cosas que no se encuentran en otros lados (y en esos otros lados tampoco tratan muy bien a sus empleados asi que compro), y la caja rápida es aquella en donde sólo se pueden comprar hasta quince productos (lo que deja ver lo irónico de su definición, dado que se generan más facturas por menos cantidad de productos, lo cual genera más demora)- entonces veo adelante a una ancianita con movimientos duros y toscos –como los que hace el cuerpo cuando empieza a fastidiarle eso de estar vivo- la anciana demora y demora de mo ra y de mo ra.
Y yo pienso: Cuando nació esta señora no existían los supermercados, y menos los hipermercados. Antes iba al almacén y pedía –a viva voz, pero sin cantar, tampoco exageremos- lo que necesitaba. El almacenero hacía las cuentas a medida que los productos se acumulaban sobre el mostrador -que se limpiaba automáticamente con el roce continuo de la mercadería-, abría una libreta y anotaba los gastos de la señora –que la conocía desde hace muchos años, porque antes, todos siempre pero siempre se conocían desde hace muchos años ya- y la señora se marchaba.
En este caso, su identidad, su cuerpo físico -y el espiritual también, aunque no viene al caso- representaba toda la garantía que necesitaba el almacenero para entregar la mercadería sin percibir ganancia alguna. Piensen por un instante, la señora sólo tenía que apoyarse en el mostrador y verbalizar su intención de compra. Nada de perderse en Gondolandia con un chango –carrito de supermercado que dispone de cuatro ruedas (en el mejor de los casos) que sostienen una reja en forma de caja para colocar los productos mientras se pasea por los interminables y excesivamente iluminados pasillos sin tiempo de un supermercado- esquivando toda clase de humanos obtusos con maniobras agudas y sin perder la esdrújula de la dirección.

Piénsenlo así: la palabra y la presencia física –cosas que son muy difícil de olvidar al salir de casa- eran todo lo que se necesitaba para efectuar la compra.
Pensé todo esto -y muchas cosas más que pueden transformarse en rebaños de posts o en alguna novela de no menos de 600.000 palabras-, y llegué a la conclusión de que en los último años de su vida el PROGRESO arrasó con su almacén para reemplazarlo por este inmenso y estúpido monstruo producto de un cerebro de intestino que quiso hacer una réplica tercermundista wallmarteño. « Pobre señora » pensé, y pasé el peso del cuerpo a la otra pierna. ¿La paciencia?
En este caso, infinita.

3 de abril de 2008

Del Campo II

Perdón por continuar con el tema del "campo", pero encontré un maravilloso informe que quisiera compartir con todos aquellos que quieran saber un poco más el quien y el por qué:

Con ustedes,