15 de noviembre de 2007

Yo me acuerdo...


Yo me acuerdo de lo aburrido que era ir a la calesita.

Yo me acuerdo del tuco y la carne de los domingos (es como si no hubiera otro día que no sea domingo en determinado segmento de mi infancia).

Yo me acuerdo de lo frustrante que era tratar de acostumbrarme a la pluma Parker luego de tres años de idilio con mi lápiz.

Yo me acuerdo de la primera vez que fui a un telo: mire todo dos veces porque no quería olvidarme de nada. En aquel entonces pensaba que era un momento muy importante.

Yo me acuerdo del maní japonés que descubrí en el bi-cumplaños que festejé con mi primer novia, que cumplía el mismo día que yo.

Yo me acuerdo de lo difícil que era para mí escribir en imprenta. También del momento cuando quise empezar a utilizarlas: un amigo -algo mayor que yo- escribió la letra “a” con tanta gracia y facilidad que no pude resistirme.

Yo me acuerdo de lo severa que era mi abuela cuando era más joven (especialmente los domingos).

Yo me acuerdo lo que pensé cuando vi a un tipo juntando basura en la calle cerrito un día que iba a la oficina “yo no quiero terminar así”. Luego, cuando me di cuenta que este pensamiento era el único motivo por el cual seguía en la facultad, la dejé.

Yo me acuerdo del primer día que fui a lo de Margarita R. (taller literario). Todos eran más copados y sabían mucho más que yo. Me escudé en mi silencio.

Yo me acuerdo de la pintura amarilla que formaba ligeras protuberancias en las paredes de mi escuela primaria.

Yo me acuerdo de las rejas que hacían de paredes en los talleres subterráneos de mi escuela secundaria.

Yo me acuerdo de los lentes de la chica que me gustaba en séptimo grado (marrones marco cuadrado, imitación madera, esmaltados).

Yo me acuerdo de las excusas que me ponía para no decírselo.

Yo me acuerdo del horror que sentí al pisar una tumba indígena en el sur. ¡No pises! Me dijeron. Haber pisado a un muerto me hubiera causado menos impresión. La tumba era tan sólo un círculo de piedras sobre una tierra fina, plana y muerta, escondida entre las rocas de una montaña.

Yo me acuerdo y me recuerdo constantemente la razón de mi escritura:




NO OLVIDAR NI SER OLVIDADO.






4 comentarios:

Espirtual Fighter dijo...

Buena memoria de verdad.

Anónimo dijo...

Yo tengo una patologia similar, pero no con la pluma sino con la camara de fotos.
Tomo fotos de todo, cada cosa que me gusta le tomo una foto, y hay muchas cosas que me gustan, y hay muchas fotos..
Caso casi tanto tiempo tomando fotos como volviendolas a ver..
Hago fotos para no olvidar.. y sin buscarlo, la gente me recuerda por mis fotos.... no se si es un exito porque nunca me lo propuse.. pero es lindo.. :)

Atentos seres sencibles!, en la estacion Peru de la linea A pueden presenciar, no se por cuanto tiempo mas, un momento unico... : Ambas balanzas luego que quichicientos anios de estar fielmente paraditas al borde de la pared en puntas opuestas de la estacion... ambas balanzas luego de quien sabe cuanto tiempo de estar en la misma estacion separadas por una eternidad de distancia... ambas balanzas AHORA ESTAN JUNTASS!!
Fue muy tierno verlas juntas, una al ladito de la otra... Obvio que les tome una foto.. :)

(Perdon por la intrusion, esto deberia escribirlo en mi propio blog ya que nada tiene que ver con el tema propuesto... pero como Blog no tengo... con el tuyo me entretengo!).. :)

Recuerda que, a veces, el silencio es la mejor respuesta (Dalai Lama) dijo...

Yo me acuerdo de la vez que me encontré de casualidad tu blog y te postee, y tú me posteaste de vuelta.

Que cambiado está esto, saludos.

Unknown dijo...

Don físico: ¡Gracias!

Pit: Ah... bue, te voy a empezar a cobrar los comentarios! :P
PD: ¿Le sacaste una foto a la fuente?

Eolikah: Cambiado seguro, espeor que para bien! Gracias por volver a pasar!



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RECOMIENDO FUERTEMENTE A TODOS A ESCRIBIR "Yo me acuerdo..." y colocar un recuerdo una y otra vez hasta que, indudablemente suceda el milagro.