Antes,
cuando la mancha negra
sepultó mis adoquines.
yo no super que hacer...
yo no super que hacer...
Pero ahora,
más que nunca,
Gaia
mi Tierra
mi Amor,
me dice
"PRESENTE"
Cómo te cabió Señor Progreso.
Cómo te cabió.
Soy feliz.
cuando la mancha negra
sepultó mis adoquines.
yo no super que hacer...
yo no super que hacer...
Pero ahora,
más que nunca,
Gaia
mi Tierra
mi Amor,
me dice
"PRESENTE"
Cómo te cabió Señor Progreso.
Cómo te cabió.
Soy feliz.
2 comentarios:
Voy a sacarte de un par de errores...
Primero: No eran TUS adoquines! no tenían un dueño concreto; el gobierno de la ciudad de algún momento de la historia los puso y en otro momento (casualmente ese 23 de febrero del corriente) decidieron que quedaría más bonito o sería más útil (vos tomá la que prefieras) mandarlos a dormir tapaditos con una buena capa de asfalto caliente.
Segundo: Me parece que sí supiste qué hacer y fue precisamente esa foto que tomaste y tu posterior reclamo lo que no reconociste como "hacer".
Y finalmente... no culpes al Señor Progreso por las decisiones de un par de "desocupados con goce de elevados sueldos" que necesitan demostrar que invierten en obras públicas en beneficio de la comunidad...
Me re ortivé con el comentario pero necesitaba hacerte la aclaración (espero no seas ni vengativo ni resentido, pierri!)
Igual, te mando besos! :D
Primero: Yo sentía esos adoquines en mi trasero cuando aprendía a andar en bici en la cortada. Los sentía en los oídos cuando repicaban las rueditas de plástico duro que tenía la bici para que no me caiga. Yo veía a las hormigas caminar entre los adoquines y el cordón. Yo sacaba chispas de los adoquines cuando los golpeaba con cantos rodados.
Son tan míos como de mis vecinos. Y no tienen nada que ver con el CRÁNEO que planificó asfaltar una calle cortada con un veneno pedorro que ni al pasto le gana.
Segundo: Me refería a Hacer algo para detener el genocidio. Quejarse y dejar obrar, no lo podría considerar como "Hacer".
Me gustaría saber tu concepto del SEÑOR PROGRESO. Porque el mío no es muy feliz que digamos.
¡Besos para ti también!
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